24 noviembre 2012

un tag: SUEÑO

El sueño (como antónimo de vigía) es una de las pocas cosas que se puede llamar universal. Ya sea en una cama, una hamaca, el sofá o clavándote los huesos en un futón japonés, dormir lo hace desde Obama hasta el más malo de los villanos de este mundo. Es universal en el sentido de que podemos encontrar referencias culturales a él a través de los tiempos en todas partes, pero además y para no caer en malentendidos, podemos afirmar que está en cierto modo inducido por la naturaleza, común en todo lo que se menea.

Los objetos seleccionados en esta búsqueda, cuyo algoritmo viene determinado por mis dedos, cabeza y en parte el libre albedrío, están dispuestos en esta entrada por orden cronológico. Esta jerarquía no viene dada por la cantidad de ‘back links’ que respalden la popularidad de los objetos, está inspirada por la imposibilidad de empezar un sueño por el despertar o la poca probabilidad de que tengas una pesadilla entre el aperitivo y el plato principal. El sueño esta precedido por un éxtasis de placer, similar a recibir un merecido regalo después de cada día que pasa. En sí el sueño es algo misterioso, de lo que uno puede única y objetivamente afirmar que está formado por un periodo de entre tres y seis horas de inconsciencia. El sueño es un suceso del que nadie puede dar testimonio y estar seguro de lo que ha visto, un fragmento de la vida de todo hombre o mujer que nunca ha cesado de ser estudiado.

Quienes lo han hecho, seguro que han pasado sueño... Iniciado por una fase en la que el cerebro progresivamente reduce su actividad, el sueño pone al cuerpo a suministrar servicios mínimos, los justos para llegar a ver el amanecer. Tras unos 20 minutos en los que la temperatura corporal y el pulso se han reducido significativamente, comienza la fase más profunda del sueño, en la que puede que los pensamientos se ordenen y nos quedamos en la oscuridad, o se produzca alguna reacción química que yo me imagino como un trip cerebral alucinante, popularmente conocido por la fase REM, en la que el cerebro se anima y de la que puede surgir la más surrealista de nuestras vivencias. Al fin, el despertar, sea de una pesadilla, en cuyo caso una sensación de alivio anima a patear el cobertor e impulsa a la vida real; o bien se emerge de un agujero negro, tan aparentemente insuficiente como fugaz, que nos condena a estar deseando volver a él durante las próximas 14 a 16 horas.

No solo pasan sueño los estudiosos del sueño, sino los personajes de cientos de obras literarias como Segismundo, el príncipe de Polonia en la obra de teatro de 1635 de Calderón de la Barca, cuyos sueños tan poco originales de ser debían,
que soñando traiciona y asesina.
Y lo que soñando haría,
confiésale durante su vigía,
a quien matar y traicionar
ensoñando cavila...

Un tanto atolondrado el príncipe, que se debate entre el sueño y la vigía.
A razón de una exposición que me tengo que perder, porque no todas las exposiciones temporales que me apetecen ver, resulta que las organizan allí donde estoy en ese momento, se me ocurre introducir una pintura en este 'retrato' del sueño. En La Pesadilla, cuadro del que el pintor suizo Johann Heinrich Füssli hizo varias versiones; tan fantasmagórica como irreal aparenta la silueta retorcida de la mujer, como los fantasmas que la visitan en sus sueños.

Esta pintura, junto a otras se pueden ver en una exposición (Schwarze Romantik) que dedica una parte a comentar sobre la irracionalidad del sueño, en el Städel en Frankfurt. Por cierto, uno de los museos más populares en Alemania, desde su reciente ampliación subterránea que da espacio a exponer de manera permanente un rico fondo de colección que estaba lastimosamente ocupando estanterías de archivo, para goze exclusivo de los trabajadores del museo.

The nighmare Füsseli, 1790-91
Esta version en el Goethemuseum Frankfurt.

El original en : Detroit Institute of Arts Museum
El sueño de la razón produce monstruos, 1799
Los Caprichos de Goya (nr. 11)

Museo del Prado
Sin dejar el lienzo, otro tipo de imagen, ésta, más difícil de hacer accesible al público en vivo, debido a la sensible naturaleza del papel, el grabado. Goya, quien no necesita introducción, también soñaba y todos sabemos que tenía pesadillas. Esta en concreto capta de modo semejante a Füssli los animalitos que aparentemente atormentaban a los hombres del siglo de las luces… El capricho número 11 titulado “El sueño de la razón produce monstruos”, pertenece a la colección del Museo del Prado, pero buena suerte si quieres encontrarlo en una intrincada galería online con listas interminables, casi impsible de navegar. 

El mundo moderno, el que viene pasados ya el s. de las luces y el s. diecinueve, está precedido por una época, como todas, de visionarios y pioneros, contemporáneos de titulares protagonizados por Jack 'the Ripper', quien fue para más de uno, motivo de pesadilla. El mundo moderno ha teñido sus sueños de la interpretación de la infancia que un diácono británico dedicó a la hija de un amigo. Alice's Adventures in Wonderland escrita en 1865 por Charles Dogdson, más conocido como Lewis Carroll. Carroll ha sido uno de los últimos artistas en proporcinar una lectura realmente nueva y creativa del sueño.

Con un pequeño tinte de Alicia, pero muchísima imaginación y un poder de enganche increíble, el estadounidense Windsor McCay pintó los viajes interplanetarios que cada noche en esos momentos de inconsciencia realizaba un nene llamado Nemo. En compañía de un amigable caníbal, Nemo viajaba a lugares exóticos y veía a gente extraña. Tenía sueños en los que una vista al circo se convertía en una aventura digna de Noé o un paseo en pijama por Nueva York incluía las acequias de sus rascacielos.


Ilustración de John Tenniel de Alicia. WikimediaLittle Nemo. Ed. 22 Sept 1907. Leer aquí
El siglo XX o veinte, se caracteriza por el posmodernismo, tras las vanguardias, que fueron el último brillo de creatividad en las artes por el que mereció la pena apasionarse, el sueño, como el arte, se tiñe de lo genial, con ecos de ya visto. Así se puede descubrir a Alicia en cualquier objeto cultural relacionado con la palabra 'sueño', buscado en los últimos 60 años... mezcla Alicia con una pizca de psicoanálisis y pinta a la reina de corazones de verde y ponle una berruga en la nariz, y te quedas con el Mago de Oz de Victor Fleming y Judy Garland (1939). O incluso la reconoces en la letra de una canción de Beatles, que además de soñadores, en aquella época, estaban 'incredibly high'...

Picture yourself in a boat on a river
With tangerine trees and marmalade skies.
Somebody calls you, you answer quite slowly, 
A girl with caleidoscope eyes.
Letra de Lucy in the Sky with diamonds, 1967

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